Un volcán en constante erupción y para bien de la humanidad y en especial de su Patria, eso fue nuestro héroe José Julián Martí Pérez en su corta instancia de vida, de solo 42 años al servicio de los pobres de la tierra con quienes quiso su suerte echar.
El mismo que le complacía más el arroyo de la sierra que el mar, el mismo que tenía más que el leopardo, al tener un buen amigo ¿Pero quién fue este hombre excepcional?
Orígenes.
Un 28 de enero del año 1853, allá en la casita modesta de la calle de Paula en La Habana, venía al mundo el niño que sus padres Mariano de Los Santos Martí Navarro y Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez Cabrera decidieron poner como nombre José Julián Martí Pérez, quien con el descursar del tiempo llegaría a ser un destacado político, escritor y Mayor General del Ejército Libertador. Fue un hombre de elevados principios, vocación latinoamericana e internacionalista, de intachable conducta personal, con cualidades humanas que en ocasiones parecen insuperables. Un cubano de proyección universal que rebasó las fronteras de su época.
Huellas.
La niñez, adolescencia y juventud del primogénito de la familia Martí Pérez estuvo marcada por hechos que dejaron huellas para siempre en su vida. Vaste citar cuando observó el azote de un esclavo, el cuerpo sin vida de un negro colgando en el claro del monte. Este cubano digno escogió tempranamente el camino de la libertad de ¨Cubita la Bella¨. Sus ideas libertarias le hicieron cumplir prisión, trabajos forzosos y destierros a otras tierras.
Siempre fiel a sus ideales visitó varios países, fue diplomático, periodista, maestro, escribió artículos, fundó el Periódico Patria y el Partido Revolucionario Cubano, aunó voluntades y unió a los pinos nuevos y viejos en aras de la Guerra Necesaria, de la cual fue su máximo organizador e inspirador. Una vez redactado el Manifiesto de Montecristi junto a Máximo Gómez, se embarcaron rumbo a Cuba, donde ya la guerra había iniciado, logrando desembarcar por Playitas de Cajobabo en la noche turbulenta del 15 de abril de 1895.
Caída en combate.
El domigo 19 de mayo de 1895 tanto Martí como Gómez se dirigen al campamento de Vuelta Grande para saludar al General Bartolomé Masó cuando se produce una cruenta acción entre una columna española al mando del Coronel José Ximenez de Sandoval con más de 800 efectivos y las fuerzas lideradas por General Máximo Gómez y aunque ordena al Maestro no participar en el enfrentamiento, éste no obedece y deseoso de entrar en acción va al combate vestido de saco oscuro, pantalón claro, sombrero de fieltro tipo castor, calzado de barceguies negros y en el cuello el cordón de su revolber de cabo nacar.
Tres disparos han alcanzado su cuerpo, uno ha penetrado por el cuello con orificio de entrada debajo de la barva, del maxilar inferior, lado derecho, con salida por encima del maxilar superior, lado izquiero, cuyo labio se hallaba destrozado, el disparo que resulta mortal le penetra por la parte anterior del pecho y el tercero en el tercio inferior del muslo derecho.
Leer más...